Se trata de jóvenes que no tendrían afiliación política conocida o
detectable a partir de las primeras tareas de inteligencia criminal que
se dispusieron en la investigación, por lo que en las últimas horas
comenzó a robustecerse la hipótesis que sostiene que podría tratarse de
personas contratadas para generar disturbios, informaron a Télam fuentes
de la investigación.
La edad promedio de los sospechosos es de 20
años y pudieron ser identificados por medio de un "software" del
Ministerio de Seguridad que vinculó sus rostros con sus datos personales
y domicilios, según pudo reconstruir esta agencia.
En este
expediente intervienen la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal
Carlos Rívolo y los delitos que se investigan podrían encuadrarse bajo
las figuras de "daños agravados" e "intimidación pública", hechos
distintos a los que pesquisa la justicia porteña, que tiene a una
persona detenida con prisión preventiva por atentado contra la policía
local y daños al patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires.
En horas de
la tarde de este lunes, los investigadores analizaban las próximas
medidas a adoptar luego de recibir la información solicitada a las
fuerzas de seguridad que permitieron identificar a los sospechosos: los
nombres de los apuntados por la justicia no trascendieron para evitar
que se frustren los próximos pasos de la investigación judicial. El
ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, afirmó en diversas entrevistas
que la pesquisa por los ataques a las oficinas de la vicepresidenta está
"muy avanzada" y que se está trabajando en "esclarecer los hechos"; a
la vez, opinó que no hay elementos para vincular los hechos con las
manifestaciones contra el acuerdo con el FMI encabezadas por
organizaciones sociales y partidos de izquierda.
"La investigación
está muy avanzada. No creo que hayan sido organizaciones sociales que se
estaban manifestando sensatamente. Fue alguien que buscó hacer eso
porque las marcas rojas no son una casualidad", afirmó Fernández por
radio La Red, donde se refirió específicamente a las manchas de pintura
roja que aparecieron junto a las ventanas del despacho de la
exmandataria. El funcionario consideró que el ataque al despacho de la
vicepresidenta "fue algo profeso" por las marcas en rojo, que comparó
con las de "narraciones bíblicas", y aseguró que en la movilización
había "un grupo grande" mientras otro número reducido de personas se
abocaba "específicamente a agredir la oficina de Cristina".
"No hubo
una orden nuestra de no poner vallas porque no manejamos la calle desde
2018, cuando pasaron todas las comisarias de la Policía Federal a la de
la Ciudad. No sé quién pidió que no las pongan, pero yo las hubiera
puesto. No fue un error de (el ministro de Justicia y Seguridad de la
ciudad de Buenos Aires) Marcelo D'Alessandro, sino que no lo hicieron
por motu proprio y porque alguien dio la instrucción", afirmó Aníbal
Fernández.
En tanto, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner
publicó hoy un nuevo video sobre el ataque a su despacho durante los
incidentes frente al Congreso ocurridos el jueves pasado, en un posteo
en Twitter con una grabación de imágenes en tiempo real y un mensaje en
el que calificó como "grave" al hecho y aseguró que "alguien (lo)
planificó y mandó a ejecutar".