Del mismo modo, resulta urgente aumentar el presupuesto destinado a los
Comedores y a las Huertas Escolares, Comunitarias y Familiares, y a
emprendimientos de la Agricultura Familiar y Social, garantizando la
equidad y la calidad federal de los servicios de asistencia alimentaria y
nutricional.
Si bien el Estado Nacional está asistiendo con mayor
ayuda alimentaria, no sería suficiente para paliar las deficiencias de
este tiempo, por ello solicitamos se dispongan las medidas necesarias
para DECLARAR LA EMERGENCIA ALIMENTARIA y nutricional en todo nuestro
país de modo que se puedan cumplir sin demoras metas como las
propuestas. El Papa Francisco nos recuerda que la fraternidad es el
principal fundamento de la solidaridad y que se necesitan también
políticas eficaces que promuevan ese principio de la fraternidad,
asegurando a las personas –iguales en su dignidad y en sus derechos
fundamentales– el acceso a los bienes de modo que todos tengan la
oportunidad de desarrollarse plenamente como personas. Así, del mismo
modo, queremos alentar a nuestras comunidades y Cáritas, a ese gran
voluntariado, a ser “artesanos de fraternidad y solidaridad”, bajo la
protección de la Virgen de Luján, Madre de nuestro pueblo, porque -como
dice la canción Jesús Eucaristía- no es posible morirse de hambre en la
Patria bendita del pan!
Comisión Episcopal de Pastoral Social, 30 de agosto de 2019