Hablo Macri y sigue la corrida, dolar a $60 y riesgo pais 2287 puntos y se vendieron 233 M de Dolares. Análisis: Una medida al límite, entre el default y el cepo. El drenaje de Reservas y la negativa del mercado a renovar deuda de corto plazo hizo que no alcanzaran los dólares para pagar la deuda y a la vez defender el peso como estaba previsto. El FMI ya lo reconoció. Por Marcia Dell'OcaEl drenaje de Reservas y la negativa del mercado a renovar deuda de corto plazo hizo que no alcanzaran los dólares para pagar la deuda y a la vez defender el peso como estaba previsto. El FMI ya lo reconoció.
La reestructuración voluntaria de la deuda nacional que propuso este miércoles Hernán Lacunza fue una finta más o menos elegante a un default generalizado que el mercado ya había declarado como inminente al hacer disparar el riesgo país a los 2.112 puntos básicos, el valor más alto desde el canje de 2005. Esta medida, que llegó luego de que se reuniera con Sandleris y los representantes del FMI, busca precisamente darle poder de fuego al Banco Central y contener la sangría de dólares sin recurrir a un cepo, lo que equivaldría a una claudicación de la esencia del programa económico de Macri.
Con menos de 57.000 millones de dólares de Reservas Internacionales,
según los datos provisorios del Banco Central, de los cuales menos de
15.000 millones son Reservas Netas y perdiendo de a 4.000 dólares por
semana, las cuentas mostraban que era difícil seguir interviniendo en el
mercado cambiario para contener el tipo de cambio, que dio un salto del
28,8% desde las PASO y a la vez cumplir con el cronograma de
vencimientos de deuda en moneda extranjera.
Si se hubiese dejado de
pagar la deuda por falta de dólares, Macri habría terminado su mandato
con un default. De haber insisto en el pago de los vencimientos y
limitando el poder de fuego del Banco Central para contener la suba del
dólar, corría el riesgo de un nuevo salto cambiario que llevara a un
nuevo salto de inflación que recordara al final del gobierno de
Alfonsín.
Las terceras opciones son malas palabras como corralito o
cepo, es decir, una limitación al sector privado para la adquisición de
dólares o bien a hacer contantes y sonantes los dólares en sus cuentas
bancarias. No en vano, los ahorristas sacaron 2.400 millones de dólares
de sus cuentas en la primera semana tras los comicios.
Por eso,
Lacunza decidió un default selectivo solo con los inversores
institucionales y acotado a la deuda de corto plazo, porque les pagará
el 65% de los vencimientos con 6 meses de demora, para darles prioridad a
los ahorristas pequeños y a la estabilidad cambiaria.
'A la mañana
podemos anunciar una medida reactivante, pero, sin estabilidad, a la
tarde se licuó', reconoció el ministro en una suerte de autocrítica por
el paquete de medidas anunciado por Macri la semana pasada con el dólar a
$3 menos.
De acuerdo a datos de la consultora EcoGo, con este
default selectivo el Gobierno puede descomprimir su programa financiero
en unos 4.000 dólares. Es decir, Lacunza le otorgó a Sandleris más poder
de fuego para contener el dólar antes de fin de año.
E hizo hincapié
en dos cuestiones. Primero que el país no tiene problemas de solvencia y
que pagará 'sin quita de capital ni de intereses' el resto de sus
obligaciones, pero pidiéndole a los acreedores un mayor plazo para hacer
frente a los vencimientos. Y, en segundo lugar, en que el dólar está
muy por encima de su precio de equilibrio y Sandleris no debiera
necesitar tantas divisas para evitar un nuevo salto en el tipo de
cambio.
Las lecturas pueden ser muy divergentes y crece en el mercado
la expectativa por la reacción de mañana. Si se lo ve como un manotazo
de ahogado, los ya deprimidos bonos nacionales se desplomarán y se
acelerará la pérdida de Reservas. Si se lo ve como una respuesta
pragmática para salvaguardar la continuidad democrática con una cambio
de mando el 10 de diciembre -al que Lacunza denominó como 'un mérito
conjunto entre el presidente entrante y el saliente que los ciudadanos
agradeceremos'-, puede ser que baje el agua que ya está al cuello. 'El
personal entiende que las autoridades han tomado estos pasos importantes
para hacer frente a las necesidades de liquidez y para salvaguardar las
reservas', reconoció el FMI.
'Esto es un default técnico para los
tenedores que tienen que ir al canje compulsivo. Los precios de los
bonos ya tienen incorporado el escenario de default. El tema es que el
problema de liquidez actual puede seguir deteriorando los fundamentos de
deuda a PBI y desuperávit fiscal necesario para estabilizarla al punto
de convertirse en una especie de profecía autocumplida que terminen
desembocando en una crisis de solvencia por culpa de la inestabilidad
política', dijo Federico Furiase, economista y director de Eco Go a LPO.
'No
me queda claro que con esto van a calmar la presión cambiaria. Se
ahorran dólares del lado del programa financiero pero a la fuerza de un
canje compulsivo con fondos institucionales que le genera un problema de
liquidez si sigue el rescate de minoristas. Y por otro lado, la
incertidumbre estructural sigue siendo la misma en términos de la
transición, del desembolso del Fondo y sobre cuál será el programa
económico a partir de 2020. Y no hay mucho que pueda hacerse desde
Hacienda para despejar esta incertidumbre', agregó.
De momento, los
Fondos Comunes de Inversión (FCI) de bancos ya están informando a sus
clientes que no podrán retirar sus cuotapartes porque quedaron
alcanzadas por este default selectivo. Y las calificadoras de deuda
apuran reuniones para ver si cambian la calificación de la Argentina. El
otro punto a destacar es que el 'reperfilamiento voluntario' deberá sí o
sí pasar por el Congreso. Y no hay garantías de que llegue a tiempo la
descompresión de los plazos para que las Reservas alcancen a navegar la
tormenta.
Es que, aunque el Gobierno quiera adelantarlo, tiene las
manos atadas para hacer una propuesta sin quita ni de capital ni de
intereses: la jurisprudencia respecto del artículo 65 de la Ley de
Administración Financiera le prohíbe al Ejecutivo hacer una
reestructuración de la deuda con esas características. En diciembre del
año pasado, como consignó LPO, el secretario de Finanzas, Santiago
Bausili, intentó que el Congreso derogara ese artículo.
Y finalmente
el punto álgido del anuncio es que Lacunza hizo público que concuerda
con Alberto Fernández en que, gane quien gane, es necesario renegociar
los plazos de pago con el FMI para alejar el fantasma de default entre
2020 y 2023. En este sentido, el FMI deberá decidir si le da en
septiembre al país los 5.400 millones de dólares tras la quinta
revisión, tal y como dio por descontado este miércoles el Secretario de
Hacienda, Rodrigo Pena, o si lo suspende a pesar del cumplimiento de las
metas intermedias y avanza desde ahora con Lacunza como intermediario
en una nueva renegociación.
La respuesta del FMI a estos anuncios
fue escueta. Mientras Roberto Cardarelli vuelve a Washington, el vocero
del organismo, Gerry Rice, aseguró que 'Con respecto a la operación de
la deuda anunciada hoy por las autoridades argentinas, el personal del
Fondo está en proceso de analizarlas y evaluar su impacto. El personal
entiende que las autoridades han tomado estos pasos importantes para
hacer frente a las necesidades de liquidez y para salvaguardar las
reservas'.
'El personal permanecerá en estrecho contacto con las
autoridades en el período adelante y el Fondo seguirá al lado de la
Argentina en estos momentos desafiantes', agregó.