La visita de Morales se extenderá hasta el jueves, día en que junto a
Fernández de Kirchner viajarán a Brasil para participar de la cumbre del
Mercosur.
El monumento a Juana Azurduy fue erguido en el jardín
trasero de la Casa de Gobierno, en el lugar donde estuvo emplazado el de
Cristóbal Colón, y constituye la estatua en bronce más grande de la
Argentina, con 9 metros de altura y 25 toneladas de peso.
La obra
del escultor Andrés Zerneri, financiada por el gobierno boliviano,
reproduce la imagen de una mujer con una espada en la mano y un bebé en
la espalda, obra que fue iniciada hace tres años por un equipo de
trabajo conformado por 45 personas.
Está ubicada detrás del Salón
Mujeres Argentinas y muestra a la mujer militar con su mirada hacia el
continente, contrariamente a la estatua de Colón, que miraba hacia el
Río de la Plata.
Juana Azurduy de Padilla nació en Chuquisaca el 8
de marzo de 1781, en plena expansión de la rebelión del cacique inca
Tupac Amaru contra el Virreynato del Alto Perú, se casó con Manuel
Ascencio Padilla en 1805, y juntos se sumaron a las guerras
independientistas que comenzaron en Chuquisaca y La Paz en 1809.
Con
la Revolución de Mayo en Buenos Aires, los esposos se unieron a partir
de 1811 al Ejército del Norte para combatir a los realistas del Alto
Perú y en 1812, ya con cuatro hijos, ambos se pusieron a las órdenes del
general Manuel Belgrano, nuevo jefe del Ejército Auxiliar del Norte,
quien le obsequió su sable en reconocimiento y admiración.
Ese mismo año, Azurduy fue herida en la batalla de La Laguna y su marido herido de muerte, tras intentar rescatarla.
Al
cambiar la estrategia militar para combatir a los realistas afincados
en el Alto Perú por la ruta chilena, Azurduy se unió a las filas del
caudillo salteño Miguel de Güemes, con quien combatió hasta su muerte en
1821, quedando Azurduy en la más absoluta miseria.
Vivió varios
años en Salta, solicitando al gobierno boliviano que sus bienes fueran
confiscados, en tanto la pensión que le había otorgado el libertador
Simón Bolívar le fue quitada en 1857.
Murió indigente el 25 de
mayo de 1862 cuando estaba por cumplir ochenta y dos años, fue enterrada
en una fosa común y sus restos fueron exhumados recién cien años
después y depositados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en
la ciudad de Sucre.