Allí asistió el procesado Guido Spano como intermediario de los empresarios del sector y realizó una propuesta sin precisiones.
Posteriormente,
y a propuesta de su padre, Recalde convocó al abogado a una segunda
reunión que se filmó y en la que éste detalló el ofrecimiento ilegal.
Luego
hubo un tercer encuentro en un bar al que se sumó el empresario
Santiago Lynch, de la empresa Accor y prófugo en la causa, donde se
repitió la oferta.
Recalde recordó que consultaron al estudio
Wortman Jofre, que los asesoró y proveyó de la cámara para filmar y de
otra que él se colocó en su corbata.
"Bicicleta" aludía a una primera opción consistente en "cajonear" el proyecto de ley que impulsaba su padre.
Por
cada mes de demora, los empresarios ofrecían diez mil dólares, reseñó
Recalde ante los jueces, en los tribunales federales del barrio porteño
de Retiro.
Otra segunda propuesta, a la que llamaron "Pick up",
contemplaba "dejar todo como estaba con una reforma que no cambiara" el
sistema de ticket que regía hasta entonces y una tercera, "Mercedes
Benz", ofrecía "presentar un proyecto de ley distinto, que obligara a
las empresas a pagar con tickets a los trabajadores" con determinado
salario.
En esta última opción se les ofrecía dos millones de
dólares por cada paso de avance del proyecto de ley: "dos millones por
presentarlo, dos millones si pasaba a comisión, otros dos si se aprobaba
en Diputados", en una propuesta que llegaba hasta los 20 millones de
dólares, recordó.
El presidente de Aerolíneas confirmó que quien
se presentó como "intermediario", Guido Spano, anotaba parte de la
oferta en un papel mientras hablaba y que dio conocer al responsable de
Accor, Santiago
Lynch, porque habían sido compañeros de colegio.
"Fueron a la misma escuela que (Mauricio) Macri", acotó y el fiscal de juicio, Juan García Elorrio, completó, "el Newmen".
Recalde
respondió preguntas de la fiscalía y explicó que el proyecto buscaba
hacer "remunerativos" los tickets para computarlos como parte del
salario y que formaran parte del cálculo de aguinaldo, vacaciones y
tuvieran que aportar previsionalmente.
"Cuatro millones de pesos
al año se movían en ticket canasta, eran sumas que no aportaban al
sistema de seguridad social" agregó y consideró que había "interés de
empresas periodísticas en que no se avanzara con la ley porque eran
empleadoras y el proyecto beneficiaba a los trabajadores".
Lo hizo al
responder al fiscal, quien recordó publicaciones de la época en
referencia a las leyes laborales que impulsaba su padre.