Asimismo, expresó que esas organizaciones "alimentan, tal vez sin
desearlo, campañas de quienes pretenden usar dicha tragedia para fines
contrarios a los intereses nacionales, tanto políticos como económicos y
sociales".
El canciller sostuvo que la intención de esas
instituciones es "mantener la denuncia contra los sospechosos y al mismo
tiempo boicotear toda posibilidad de iniciar el juicio comenzando con
obstaculizar los instrumentos de cooperación judicial acordados con
Irán", y agregó: "Culpables sí, juicio no".
"Una construcción tan
llamativa como que el propio fiscal Alberto Nisman que proveyó las
pruebas contra los sospechosos fuese quien lideró junto a los dirigentes
comunitarios la intensa campaña contra el instrumento legal que
superaba los impedimentos constitucionales que frenaban avanzar con el
juicio", dijo en relación al memorándum de entendimiento firmado entre
Argentina e Irán, que fue "alabado tanto por Interpol como por Amnistía
Internacional", entre otros organismos.
Por otra parte, señaló en
la carta que la AMIA y la DAIA "han vuelto a caer en la vulgar
acusación que todo judío que critica su accionar, y no son pocos, sean
tildados con el gastado argumento de ser 'judíos vergonzantes'".
"Deberían
recordar que el primer judío en ser acusado de tal forma fue Teodoro
Herzl, padre fundador del sionismo moderno, en 1898 cuando fue
denunciado por Karl Strauss de odiar tanto a los judíos que quería
erradicarlos de Europa", recordó.
Timerman le recordó además a los
dirigentes de las instituciones judías que dos organizaciones de
familiares de víctimas se expresaron por la constitucionalidad del
memorándum y los cuestionó: "¿No les llama la atención estar en veredas
opuestas a las víctimas? ¿También se adjudican su representación?".
Luego,
calificó como una "escena tan triste" el desfile por los medios del
Grupo Clarín de "cualquier dirigente de vuestras instituciones que desee
vilipendiar la posibilidad de que se juzgue y castigue a los culpables
del atentado".
A continuación, el titular del Palacio San Martín
emparentó esa situación al "drama de la familia Graiver durante la
dictadura" y recordó que "días y semanas enteras en los cuales los
diarios Clarín, La Nación y La Razón junto a los dictadores diabolizaron
a los Graiver".
"Si la DAIA y la AMIA se hubiesen mantenido en
silencio ya hubiese sido complicidad, pero fue peor: sus dirigentes
alimentaron la descripción de la familia Graiver como delincuentes",
añadió, y preguntó: "¿También aquellos dirigentes hablaban en nombre de
la comunidad? ¿Acaso también eran antisemitas los defensores de los
derechos humanos que durante la dictadura criticaban el silencio
cómplice de la DAIA y la AMIA?".
El canciller expresó que las
víctimas del atentado a la AMIA "nos interpelan a diario y lo seguirán
haciendo mientras no se juzgue y castigue a los culpables" y consideró
que "no es aceptable que su injusta muerte se convierta en una pieza de
ajedrez de los intereses geopolíticos de otros países o grupos
partidarios locales".
En ese marco, indicó que no se puede
permitir que la memoria de los muertos "sea utilizada como herramienta
de presión de los fondos buitres como hacen con la intensa campaña
montada en los Estados Unidos" y recordó que dos años antes de que
Nisman presentara su "canallesca denuncia", los fondos buitres
publicaban solicitadas sobre "un supuesto pacto espurio entre Argentina e
Irán".
"No los acuso a ustedes de montar una conspiración, los
acuso de que vuestro silencio como dirigentes comunitarios valida que la
escoria local e internacional utilice a las víctimas para sus fines
espurios", manifestó.
Por último, Timerman advirtió en su carta a
la AMIA y DAIA que "no alcanza con organizar actos una vez por año" y
"menos con invitar oradores sinvergüenzas que se arrogan el derecho de
definir traidores y leales, si al mismo tiempo la dirigencia comunitaria
impide que avance la causa judicial".
Para finalizar, el
canciller le recordó a Jmelnitsky que "ya hay un ex presidente de la
DAIA procesado por encubrimiento del atentado" y afirmó que llegará el
momento en que otros dirigentes también "deberán rendir cuentas por su
accionar ante la justicia, la historia y ante las víctimas que hoy dicen
defender".
"Cuando ello ocurra no quiero que aleguen que
hablaron en nombre mío, por eso renuncio como miembro de una
organización de la cual supimos estar orgullosos y hoy nos avergüenza",
concluyó su misiva.